Hoy, viajo hacia una calita a la que nunca tuve el placer de visitar. Tan desierta, que la palabra relax, cobró sentido en mi cabeza. La neblina blanca desaparecía poco a poco, mi mirada curiosa quería ver todo,con detalle, aunque esta apareciese por arte de magia. Aún quedaban cuatro sentidos a los que despertar. Mis pies fríos, húmedos por la arena empapada, por ese baile de olas que la acariciaban y ese cante con el que el mar las acompañaba. Suspiro, sin quererlo. Es tan hermoso, que mi cuerpo reaccionaba solo, ante tal escena. Paseo, echando hacia atrás la cabeza, respirando este aire tan limpio. Mis brazos, estirados hacia ambos lados, acariciaban el viento. Sin pretenderlo, me dirijo hacia aquellas rocas, que parecen nacidas del agua. El paisaje hacía sentirme fuerte y libre. Una de las estampas más curativas que existe. Aunque en ellas, se pueda reforzar el amor y los sueños por cumplir. Un ruido me abruma, está oscuro y no consigo ver nada más que oscuridad. Una voz se po...
Hola! He visto tu blog en un comentario en el blog entrelibrosdetinta.
ResponderEliminarNo te conocía pero me parece que me voy a quedar por aquí para poder leerte un poco.
Yo acabo de comenzar con mi blog y me pasaba por aquí por si te interesaría echarle un vistazo. Soy novata en esto, así que cualquier comentario será bien recibido para poder mejorarlo :)
ocentrodeinterese.blogspot.com